Stallman en BCN

RICHARD STALLMAN EN BCN

Para Richard Stallman, el software es parte del conocimiento humano, y como tal, se debe compartir. Por eso es por lo que el denominado último hacker, padre del software libre y apóstol del GNU/ Linux, clamó, el pasado viernes en Barcelona, una vez más, sobre la necesidad de permitir el acceso a los códigos de los programas informáticos y contra la posibilidad que los programas puedan ser sujetas a patentes, una medida que ha sido reclamada por algunas multinacionales norteamericanas y que la Unión Europea debate implantar desde hace unos cuántos años. "Las patentes de software van en contra del espíritu de la programación, que necesita poner modelos en común por crear otras de nueces", explica el ideólogo de los ciberderechos. "Si prosperan las patentes, programar se podrá comparar a atravesar un campo de minas". Stallman también denunció el papel de los lobbies de la industria informática, "que amenazan los programadores porque no revelen el código y buscan convencer los Gobiernos porque no se opongan, porque quieren que los ordenadores los obedezcan".


Anuncio de Microsoft

En opinión del alma de la Free Software Foundation, el anuncio de Microsoft de permitir el acceso de gobiernos y clientes al código fuente de Windows se ha de inscribir en esta línea porque "no cambia nada, y además no es nuevo". "A los años 80, ATT ofrecía licencias para el código fuente de Unix con el compromiso de no divulgación. Actualmente, Microsoft hace el mismo. Intentan ganarse los gobiernos porque opten por ellos y no por el software libre. Los creadores de programas propietarios siempre intentan dividir la gente, y Microsoft siempre tienta los que intentan resistir", declara. Stallman entiende que la piratería "sólo es asaltar barcos", y por lo tanto no acepta el término para la copia indiscriminada.

Él mismo se define como "hacker", en el sentido que tenía al MIT en los años 60, "experto informático a quien mueve buscar el reto, ser más listo". Según su parecer, una empresa informática no puede basar su negocio en la ocultación de los códigos y en la exclusión de información, sino en "la distribución de copias, a crear programas a medida o a dar servicios a los usuarios", tal y como hacen compañías como por ejemplo Suse, Mandrake o Redhat, que distribuyen y venden servicios sobre distribuciones del núcleo de Linux. "Pocas empresas viven de vender licencias, en realidad", afirma. Mandrake, precisamente, ha presentado suspensión de pagos esta semana.

Stallaman al parc Güell
Stallman en el Parc Güell(click para ampliar,softcatala)

Soy Santo IGNUtius "Soy Santo IGNUtius, apóstol de la iglesia de la Emacs, que vengo a bendecir vuestros ordenadores...", anunciaba Richard Stallman, con túnica y aureola de santidad encima, a la audiencia perpleja de la UPF, al final de su conferencia del pasado viernes. La broma, que ha repetido ante otros auditorios, más allá de demostrar su finisimo sentido del humor, tiene, como tantas otras, una parte de verdad.

Stallman ha consagrado su vida a crear software libre (herramientas para el sistema operativo GNU y el editor de textos Emacs) desde que alguien le negó el acceso al programa de una impresora que se estropeaba a menudo. Vive con mucha austeridad de los recursos que le da la Free Software Foundation, a la cual contribuyen ciudadanos anónimos a través de internet, desde que dejó su trabajo como investigador al MIT porque consideraba que "si seguía podrían tener derechos sobre lo que yo programaba".

"Se puede vivir con 80 o 100 dólares al mes, si tus prioridades no son lujos superfluos como un yate, una casa o tener hijos", asegura. De hecho, él viaja, y mucho, con casi lo que trae puesto, más su ordenador, una cámara y una flauta, y renuncia a centenares de "lujos superfluos", como los pañuelos. Envía previamente una lista de condiciones por correo electrónico que señalan lo que come y que le hacen cambiar un hotel de lujo por un piso de estudiantes. Y vive pendiente de consultar sus emails.

"Lo que haces es lo que piensas", dice, y por esto asegura que no ha querido dedicar su vida "a algo que no lo pudiera hacerse sentir satisfecho". Su lucha se basa en el lema "libertado, política y juego limpio", que convierte rápidamente en el clásico "libertad, igualdad, fraternidad".

Pero a los 49 años, siente que su tarea tras del software libre y su aportación a este ha quedado eclipsada por la figura de Linus Torvalds, el exestudiante finlandés que consiguió articular un núcleo para GNU, Linux, sobre el cual se ha basado el modelo comercial. Por esto reclama que el sistema se diga GNU/Linux, y no sólo Linux.

"Torvalds ha sacado protagonismo no sólo a mi trabajo, que sólo sería malo para mi ego, sino también para el movimiento del software libre, y esto es más importante, porque nos debilita. Torvalds ahora escribe software propietario y esto no es ético, ni para él ni para cualquier persona. Hizo un trabajo importante de software libre pero no apoya políticamente la libertad de cooperar. Evita la política, no quiere ver el mundo en términos políticos", explica visiblemente dolido.

Stallman, en cambio, mantiene en su web opiniones sobre un monton de temas candentes, desde Irak al Brasil y Corea del Norte. Y aspira que alguien --un grupo palestino se ha ofrecido-- desarrolle un sistema operativo para móviles basado en software libre, para "evitar el control" de los terminales.



Adaptacion del texto de Carmen Jané

 

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